Mi historia con Jorge Iván Ospina no ha sido buena. Por el contrario, ha estado plagada de críticas y persecuciones. Hasta interpuso tutela para mandarme a la cárcel pero no pudo. El Tribunal Superior de Cali ordenó revocar la sanción por desacato de arresto de tres días y tres salarios mínimos hace unos años. Se quedó con los crespos hechos. Gracias a mi abogado, Jorge Mario Salazar, Ospina no pudo cumplir su deseo. Me acusó de difamación por escribir una columna titulada “La valla que arde” (Junio 18/13) hace 9 años donde yo cuestionaba la actitud de un grupo de caleños que decidieron públicamente darles las gracias por los “logros” de su primera Alcaldía. La valla, sobre la calle 5, “Gracias Jorge Iván Ospina” era una bofetada para quienes no creíamos en su actuación. Posteriormente entonces escribí “Se presume inocente…” Todavía hay procesos abiertos en su contra… pero estamos sufriendo las consecuencias de no haberlo visto en su momento.
Hoy, tiene a mas de la mitad de la ciudad en su contra. Si quisiera “cobrar” lo que dicen de su comportamiento, tendría que meter a media Cali a la cárcel. Ha sido una administración nefasta y las platas y contratos de la Feria virtual, golpean (otra vez) como una cachetada contra la pobreza de miles de caleños y caleñas. Además, cerró programas de ayuda a la comunidad, no ha sido claro en su gestión y pareciera que su administración oliera a corrupción. Sin embargo…
Sin quitar una línea de lo anterior, creo que no es el momento ni las circunstancias para iniciar una revocatoria del mandato. Cali no puede “distraerse” en procesos de acusación, candidatos y elección para Alcalde cuando las necesidades son tantas. Ni por tiempo ni por dinero. Si ya de por si no funcionaban bien las cosas ahora imagine el desgaste de utilizar tiempo y personas de la administración para defenderse. No es el momento para “distraerlo” en justificar su actuación. ¿Qué es lo prioritario? Alguna vez Luis H Pérez en alguna otra nefasta administración me dio una lección de ecuanimidad: “Es el que ganó y hay que apoyarlo”. Personas como María Fernanda Penilla y Ronald Mayorga son honestas, comprometidas y eficaces. Le apuestan al futuro de la ciudad y su actuar es un buen ejemplo de colaboración. El objetivo es sacar a Cali adelante y no creo que sea poniendo palos en la carreta como construiríamos mejor futuro. Aquí, ahora “todos a una como Fuenteovejuna”, así no nos guste lo que hace. Vigilarlo, cuestionarlo son las formas de “acompañar”. Porque es un hombre sagaz, astuto y hay que “sacar” lo mejor de él. Como por ejemplo, la idea de dialogar con los jóvenes. Es la única manera de que haya futuro. Los bloqueos los levantaron entre el y la Fuerza Pública pero el futuro solo es dialogando y haciendo.
La rabia y el revanchismo no son buenos consejeros y menos en estos momentos. Si alguien incendia su casa cual es su actitud: correr detrás del pirómano o tratar de apagar el fuego. Aquí debemos apagar el incendio y es importante, vital, la colaboración de todos los estamentos, así no nos gusten sus ideas. Cali es la casa de todos y la inequidad es muy fuerte. No sólo le corresponde a la administración sino también a cada ciudadano. Eso se llama conciencia social. ¿Revocatoria? Como dirían los jóvenes “un pajazo mental”.
Gloria H. @GloriaHRevolturas
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